Germana de Foix - G. Bausá - Museo de Bellas Artes de Valencia
Cuando nació en 1488, fruto del matrimonio entre Juan de Foix y María de Orleáns, nada hacía pensar que llegaría a convertirse en reina de Aragón. Germana era sobrina de Luis XII de Francia, y nieta de Leonor de Navarra.
Educada en la corte francesa, le gustaba disfrutar de los placeres que la vida pudiera brindarle y destacaba por su habilidad con la música y el baile. Era alta y corpulenta y según Sandoval "poco hermosa y algo coja".
Cuando en 1504 fallece Isabel la Católica, su testamento no deja lugar a dudas, su hija Juana es la heredera del trono de Castilla y su esposo Fernando el Católico pasa a ocupar un segundo lugar.
Dadas las ambiciones políticas respecto a Castilla de Felipe “El Hermoso”, esposo de Juana, Fernando el Católico lleva a cabo una inteligente maniobra y negocia con Luis XII de Francia, su matrimonio con Germana, a la que el rey de Francia cedía sus posesiones sobre Nápoles.
Los esponsales se celebraron en marzo de 1506 contando Germana 18 años de edad mientras que Fernando ya había cumplido 53. No gustó a la nobleza castellana este matrimonio que fue considerado una maniobra del Católico para impedir que Juana heredase la corona de Aragón.
Fernando el Cátolico
No les faltaba razón a los castellanos. Fernando ponía todo su empeño en conseguir que su joven esposa quedara embarazada pero, no lo conseguía. A pesar de que en su juventud el Rey Católico había sido un hombre galante y propenso a los amoríos, los avatares de la vida lo habían envejecido. En su intento por cumplir debidamente en el tálamo, Fernando, tomaba toda clase de hierbas y distintos preparados afrodisíacos pues, era mucho su interés y el de Dª Germana por tener descendencia.
Pero, no fue hasta tres años después de su matrimonio, exactamente en mayo de 1509, cuando nació el ansiado heredero. Fue un varón y se le puso como nombre Juan. Según el cronista Alonso de Santa Cruz, el infante no llegó a vivir ni una hora. Si éste infante hubiese sobrevivido probablemente la historia de España sería otra.
A pesar de todos los intentos Germana no volvió a quedar encinta y en 1516 moría Fernando el Católico, según Pedro Mártir, por unos potajes que le daba la reina con el fin de lograr "habilitarle" para que pudiesen procrear más hijos.
Fernando, en su testamento, había encomendado a su nieto Carlos que no abandonase a su viuda "pues no le queda, después de Dios, otro remedio sino vos". Pero, también había asignado a Germana una cantidad de dinero para el sostenimiento de su casa” con toda la grandeza que correspondía a la reina viuda de Aragón”.
El encuentro entre abuelastra y nieto se produce en Valladolid, él apenas contaba 17 años y ella 29 pero simpatizaron de inmediato, Tenían como lengua común el francés y ambos provenían de una distinta cultura. Carlos organizó fiestas, justas y saraos en honor de Germana y según el historiador Fernández Alvarez hubo una relación amorosa entre ellos, fruto de la cual nació una hija a la que se puso de nombre Isabel, pero que no fue reconocida. Fernández Alvarez se basa en lo que dejó escrito Lorenzo Vital sobre el encuentro de Carlos y Germana en Valladolid. Dice Vital que cuando se saludaron, el rey la beso con mucho entusiasmo pero, si bien puede ser cierto que se besaron, también lo es que esa era una costumbre francoborgoñona y que por lo tanto pudiera no tener nada de extraordinario. También analiza Fernández Alvarez el testamento de Dª Germana y el legado de un collar de perlas a la "serenísima Dª Isabel, Infanta de Castilla", suponiendo Fernandez Alvarez que puede tratarse de la hija habida con D. Carlos.
Carlos I. Bernard van Orley
En 1519, Dª Germana, contrae segundas nupcias con un marqués, Juan de Bradendeburgo, del séquito de D. Carlos. En aquella época Germana había descubierto ya la variada y magnifica gastronomía española a la que se había aficionado tanto que su figura había sufrido una enorme transformación. Decía Sandoval que "eraamiga de holgarse en banquetes, huertas, jardines y fiestas".
Carlos nombró al nuevo matrimonio virreyes de Valencia y en la capital del Túria establecieron su residencia. Corría el año 1523 y nada más llegar, la nueva virreina tuvo que hacer frente a uno de los grandes problemas que se habían desencadenado en Valencia en 1520 : la revuelta de las Germanías. Para muchos historiadores una autentica guerra civil entre nobles y "agermanados".
Los castigos que Dª Germana aplicó a su llegada a Valencia fueron durísimos. Todos los historiadores coinciden en ello, y en que la persecución fue feroz y el número de sentencias muy elevado.A la mayoría de ellos se les confiscaron sus bienes ya que, Germana había introducido también la posibilidad de conmutar las penas físicas por dinero. Gobernó con brazo de hierro pero, ese brazo represor obedecía las órdenes del rey D. Carlos de forma sumisa. También en esta época tuvo que hacer frente Germana, a las revueltas moriscas.
En 1525, muere el marqués de Bradenburgo y un año después, Germana vuelve a contraer un tercer matrimonio, esta vez el elegido será Fernando de Aragón, duque de Calabria. El emperador Carlos vuelve a entregar a los nuevos esposos el virreinato de Valencia.
Germana de Foix
Germana y el duque establecieron en el Palacio Real de Valencia una autentica corte y se rodearon de una enorme servidumbre. Más de 200 personas estaban a su servicio y al de toda la nobleza valenciana. Además de bailes y fiestas se organizaban veladas musicales, representaciones teatrales, debates y tertulias, cacerías y banquetes. El lujo y el boato imperaban en esta corte que era reconocida como una de las más brillantes de Europa.
Dª Germana seguía con su afición a la comida y tal era su obesidad que se llegó a decir de ella que más que obesa era "el mismo abdomen". Es probable que sufriera algún problema endocrinológico que justificara su esterilidad y el exceso de peso.
Dª Germana murió el 15 de octubre de 1536 en Liria. Probablemente la causa fue una hidropesía. Fue amortajada con un vestido de tisú de oro y con la cabeza apoyada en un almohadón revestido de armiño.
Según las crónicas valencianas su cuerpo fue trasladado a Valencia por 100 clérigos con antorchas y depositado en el monasterio de San Bernardo.
En 1546 sus restos fueron trasladados al monasterio jerónimo de San Miguel de los Reyes por orden de su viudo, el duque de Calabria, que quiso así cumplir con el deseo de D.ª Germana.
Monasterio de San Miguel de los Reyes